Andas bárbara, amor. Cómo hablarte de lo mucho que le has traído a la vida de tantas personas. Muchas cosas buenas, muchos sentimientos, muchas sonrisas. Tus 4 abuelos rejuvenecen contigo, mi surtida familia materna te cobija y te llena de buenos deseos, mi hermana se enternece, se vuelve loca cuando estás con ella, y para nosotros representas la opción de la madurez, que no es poca cosa, y aunque suene a lugar común es cierto: la madurez: nos has traído la sabia espera, los muchos juegos, la conciencia de la vida. Te queremos y te cuidamos, jugamos contigo, nos reimos los tres, nos enseñas nuevas emociones. Gracias por eso, bebé, bebé Sara Sofía, bebé.
Pero decía que andas bárbara, amor. Estás a un paso de los 11 meses y ya gateas. Bueno, no sólo gateas, gateas con turbo. Resulta que en estas semanas aprendiste a gatear pero no te bastó con eso, ya que ahora gateas con tres extremidades: tus dos brazos y tu pierna derecha, signo de que eres creativa, no diré que inteligente que la inteligencia es más común de lo que se cree (todos somos inteligentes, el acto de inteligir es propio del asesino, del ingeniero, del proxeneta, del músico, etc.), pero sí demuestras una creatividad fascinante. También te gusta moverte en tu andadera, prender y apagar la tele, jugar con el control remoto de la tele (a veces bajas el volumen, a veces pones el dvd, a veces haces cosas que ni sabía que se podían hacer con ese control) apretar el botón de la bandeja de los cds de la computadora, empujar la bandeja, volver a apretar el botón.
Hace unas semanas tuvimos una reunión familiar, de esas que antes a tus papás les sacaba urticaria, pero esta vez fue distinto porque fuimos juntos, papá y mamá, un poco menos solitarios porque ibas tú también, entonces los 3 nos divertimos y fuimos familia, y eso se siente tan bien, no sé explicarte dónde, ni cómo, pero se siente tan bien. Tú estuviste encantadora, conociendo tías abuelas, tíos, primos, de todo, inclusive te hiciste amiga de una sobrina mía, como de 4 años, que se maravilló contigo, hasta comieron juntas, tú galleta gerber, ella carne con longaniza, pero se veían adorables juntas, platicando, entendiéndose, porque si algo tienen los niños, es que no necesitan de las palabras para entenderse, acaso esa sea una de las tantas lecciones valiosas que el hombre podría aprender de los niños.
Pero decía que andas bárbara, ¡de tanta pila no dejas dormir a mamá!. Te despiertas por las madrugadas, por las mañanas, y luego te quieres dormir por las tardes. Bebé, no es fácil, pero tampoco es pesado, limitante, cada pequeño tropiezo nos abre nuevas enseñanzas, hemos aprendido tanto todos de todos, tus papás son muy felices juntos, tú te ves tan hermosa en cada sonrisa, cada intento por pararte, cada carcajada.
Otras cosas que te gusta hacer: tocar el agua que cae de la llave del lavabo, ver el comercial de los Lunnis que ponen por las noches para que los niños se duerman (que tú le vienes haciendo exactamente cinco horas después pero bueno), ver el cortometraje que viene como parte de los extras en el dvd de Los Increíbles, verte en el espejo, agarrar las agarraderas de los cajones, sacar cosas de bolsas de plástico, hablarle a muñecos de peluche, agarrarte de algo mientras te quedas de pie o intentas caminar, en fin, son tantas cosas.
Te queremos cada vez más. Esta etapa nos hechiza día a día.
-AlbEs-
Hace 12 años.