Pues en personalidad creo que va a ser alguien observadora, tal vez participativa aunque sin llegar a esos grados de popularidad exagerada. En la comida no creo que tenga restricciones, la visualizo desde niña muy adaptable, fácil de tratar, y con sentido del humor. Tal vez le guste la música y se interese por algún instrumento o una de esas carreras como Metalurgía o Química en Alimentos. Creo que se va a vestir bastante casual, término medio, ni fodonga ni muy arreglada, camisas, botas, y algún abrigo vistoso, pero uno nada más. En cuanto a gustos musicales creo que va a tener chance de escuchar de todo desde pequeña y por tanto terminará con música exótica, rock y algo convencional. La veo con un grupo de amigas, unas 4, creo que alguna de ellas se parecerá a mí en lo antisocial, siento que tendrá más amigas que amigos. Tal vez le guste leer, y aunque no lea demasiado se habrá echado buenos libros. Su animal favorito tal vez sea la ardilla y quizá pida tortugas o lagartijas de mascotas. Sus colores favoritos: naranja, azul, negro y guinda. Su sabor favorito, definitivamente lo agridulce. No creo que sea inquieta pero sí algo exploradora. Sabrá marcar sus límites.
-Clau-
Ficha técnica de Ella (b)
16 abril 2005
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Ficha técnica de Ella (a)
Nacida en ciudad grande, cosmopolita, insumisa, plena en relatividad. La Ciudad y Ella. Con su recámara, a la que le da por llamar alcoba, inundada de colores lilas, grises, blancos, le agrada el naranja, odia comer naranjas, las prefiere en jugo, le gusta jugar con las cáscaras cuando preparamos jugo, las invierte y juega con los restos de gajos, le son indiferentes los huesitos.
Le aburre el fútbol y entiende por qué es inútil que le compremos un celular aunque ya quiera uno, respeta nuestros argumentos pero comienza con esa sed de independencia, de autonomía, excepto cuando sabe que depende de nosotros para poder ir a su fuente de sodas favorita para comerse un moka glace después de clases. La palabra fuentedesodas le parece extraña, como disfrazada con Versace. Sabe que existe ese apellido y lo relaciona con algo visual: inspecciona la publicidad llamativa de nuestras viejas revistas de Diseño y Literatura cuando cree que nadie la está viendo.
Es perspicaz. Entabla traviesas complicidades ya sea con su mamá o conmigo para sacar provecho personal. No le gusta el café con leche que le damos por las mañanas pero como escucha el vocable café termina aceptándolo por imitación a mí y al jueguito éste que tengo de relacionar al café con la escritura, ésta con el humo, éste con la vida, ésta con la felicidad, ella lo entiende y se divierte viéndome, espero que no crea que así son los héroes modernos.
De pequeña investigaba el mundo a solas, primero en su cuna, luego el piso y poquito a poco los lugares altos como nuestra cama, el buró o el sofá de la sala. Era mucho más intuitiva, confiaba en sus decisiones de qué tocar y qué no porque en general no la restringíamos cada 2 minutos. Su primer palabra fue algo así como blazón o gárgola. Confundía mamá con magá. Cuando estaba con nosotros su realidad se reducía a dejarse llevar por sus impulsos como la tranquilidad o el reflujo. Creo que eso ha tenido siempre: es una a solas y otra con nosotros, como tal vez todas las personas, sólo que ella se ve bastante cómoda en ambas.
Le obsesiona el futuro, babea mucho por las noches, acepta ser la mejor de mis personajes...
Es de pocas amigas aunque las que tiene le han durado mucho tiempo, con ellas sueña y se la pasa bien pero siempre se va. Siempre se va y termina en su alcoba pensando en las fuenetdesodas del mundo. Le atrae Estocolmo (tropical y con muchos cocos, imagina), Lisboa (gobernada por la serpiente Elizabeth) y París (la ciudad donde seguramente no hay noche). Es una buena niña, una buena hija, es muy creativa, le fascinan los waffles, quiere un pez o varias tortugas.
Y sí, ni modo, adora ir a los lugares de comida rápida.
-AlbEs-
Publicadas por los Espejel-Zamora a la/s 12:29 p.m. 1 comentarios
Fragmento de novela
10 abril 2005
<< Bebé Rocamadour, bebé, mon bebé. Rocamadour: Rocamadour, ya sé que es como un espejo. Estás durmiendo o mirándote los pies. Yo aquí sostengo un espejo y creo que sos vos. Pero no lo creo, te escribo porque no sabés leer. Si supieras no te escribiría o te escribiría cosas importantes. Alguna vez tendré que escribirte que te portes bien o que te abrigues. Parece increíble que alguna vez, Rocamadour. Ahora solamente te escribo en el espejo, de vez en cuando tengo que secarme el dedo porque se moja de lágrimas. ¿Por qué, Rocamadour? No estoy triste, tu mamá es una pavota, se me fue al fuego el borsch que había hecho para Horacio; vos sabés quién es Horacio, Rocamadour, el señor que el domingo te llevó el conejito de terciopelo y que se aburría mucho porque vos y yo nos estábamos diciendo tantas cosas y él quería volver a París; entonces te pusiste a llorar y él te mostró como el conejito movía las orejas; en ese momento estaba hermoso, quiero decir Horacio, algún día comprenderás, Rocamadour.
Rocamadour, es idiota llorar así porque el borsch se ha ido al fuego. La pieza está llena de remolacha, Rocamadour, te divertirías si vieras los pedazos de remolacha y la crema, todo tirado por el suelo. Menos mal que cuando venga Horacio ya habré limpiado, pero primero tenía que escribirte, llorar así es tonto, las cacerolas se ponen blandas, se ven como halos en los vidrios de la ventana, y ya no se oye cantar a la chica del piso de arriba que canta todo el día Les amants du Havre. Cuando estemos juntos te lo contaré, verás. Puisque la terre est ronde, mon amour t'en fais pas, mon amour, t'en fais pas... Horacio la silba de noche cuando escribe o dibuja. A ti te gustaría, Rocamadour. A vos te gustaría, Horacio se pone furioso porque me gusta hablar de tú como Perico, pero en el Uruguay es distinto. Perico es el señor que no te llevó nada el otro día pero que hablaba tanto de los niños y la alimentación. Sabe muchas cosas, un día le tendrás mucho respeto, Rocamadour, y serás un tonto si le tienes respeto. Si le tenés, si le tenés respeto, Rocamadour.
Rocamadour, madame Irène no está contenta de que seas tan lindo, tan alegre, tan llorón y gritón y meón. Ella dice que todo está muy bien y que eres un niño encantador, pero mientras habla esconde las manos en los bolsillos del delantal como hacen algunos animales malignos, Rocamadour, y eso me da miedo. Cuando se lo dije a Horacio, se reía mucho, pero no se da cuenta de que yo lo siento, y que aunque no haya ningún animal maligno que esconde las manos, yo siento, no sé lo que siento, no lo puedo explicar. Rocamadour, si en tus ojitos pudiera leer lo que te ha pasado en esos quince días, momento por momento. Me parece que voy a buscar otra nourrice aunque Horacio se ponga furioso y diga, pero a ti no te interesa lo que él dice de mí. Otra nourrice que hable menos, no importa si dice que eres malo o que lloras de noche o que no quieres comer, no importa si cuando me lo dice yo siento que no es maligna, que me está diciendo algo que no puede dañarte. Todo es tan raro, Rocamadour, por ejemplo me gusta decir tu nombre y escribirlo, cada vez me parece que te toco la punta de la nariz y que te reís, en cambio madame Irène no te llama nunca por tu nombre, dice l'enfant, fíjate, ni siquiera dice le gosse, dice l'enfant, es como si se pusiera guantes de goma para hablar, a lo mejor los tiene puestos y por eso mete las manos en los bolsillos y dice que sos tan bueno y tan bonito.
Hay una cosa que se llama tiempo, Rocamadour, es como un bicho que anda y anda. No te puedo explicar porque eres tan chico, pero quiero decir que Horacio llegará en seguida. ¿ Le dejo leer mi carta para que él también te diga alguna cosa ? No, yo tampoco querría que nadie leyera una carta que es solamente para mí. Un gran secreto entre los dos, Rocamadour. Ya no lloro más, estoy contenta, pero es tan difícil entender las cosas, necesito tanto tiempo para entender un poco eso que Horacio y los otros entienden en seguida, pero ellos que todo lo entienden tan bien no te pueden entender a ti y a mí, no entienden que yo no puedo tenerte conmigo, darte de comer y cambiarte los pañales, hacerte dormir o jugar, no entienden y en realidad no les importa, y a mí que tanto me importa solamente sé que no te puedo tener conmigo, que es malo para los dos, que tengo que estar sola con Horacio, vivir con Horacio, quién sabe hasta cuándo ayudándolo a buscar lo que él busca y que también buscarás, Rocamadour, porque serás un hombre y también buscarás como un gran tonto.
Es así, Rocamadour: En París somos como hongos, crecemos en los pasamanos de las escaleras, en piezas oscuras donde huele a sebo, donde la gente hace todo el tiempo el amor y después fríe huevos y pone discos de Vivaldi, enciende los cigarrillos y habla como Horacio y Gregorovius y Wong y yo, Rocamadour, y como Perico y Ronald y Babs, todos hacemos el amor y freímos huevos y fumamos, ah, no puedes saber todo lo que fumamos, todo lo que hacemos el amor, parados, acostados, de rodillas, con las manos, con las bocas, llorando o cantando, y afuera hay de todo, las ventanas dan al aire y eso empieza con un gorrión o una gotera, llueve muchísimo aquí, Rocamadour, mucho más que en el campo, y las cosas se herrumban, las canaletas, las patas de las palomas, los alambres con que Horacio fabrica esculturas. Casi no tenemos ropa, nos arreglamos con tan poco, un buen abrigo, unos zapatos en los que no entre el agua, somos muy sucios, todo el mundo es muy sucio y hermoso en París, Rocamadour, las camas huelen a noche y a sueño pesado, debajo hay pelusas y libros, Horacio se duerme y el libro va a parar abajo de la cama, hay peleas terribles porque los libros no aparecen y Horacio cree que se los ha robado Ossip, hasta que un día aparecen y nos reímos, y casi no hay sitio para poner nada, ni siquiera otro par de zapatos, Rocamadour, para poner una palangana en el suelo hay que sacar el tocadiscos, pero dónde ponerlo si la mesa está llena de libros. Yo no te podría tener aquí, aunque seas tan pequeño no cabrías en ninguna parte, te golpearías contra las paredes. Cuando pienso en eso me pongo a llorar, Horacio no entiende, cree que soy mala, que hago mal en no traerte, aunque sé que no te aguantaría mucho tiempo. Nadie se aguanta aquí mucho tiempo, ni siquiera tú y yo, hay que vivir combatiéndose, es la ley, la única manera que vale la pena pero duele, Rocamadour, y es sucio y amargo, a ti no te gustaría, tú que ves a veces los corderitos en el campo, o que oyes los pájaros parados en la veleta de la casa. Horacio me trata de sentimental, me trata de materialista, me trata de todo porque no te traigo o porque quiero traerte, porque renuncio, porque quiero ir a verte, porque de golpe comprendo que no puedo ir, porque soy capaz de caminar una hora bajo el agua si en algún barrio que no conozco pasan Potemkin y hay que verlo aunque se caiga el mundo, Rocamadour, porque el mundo ya no importa si uno no tiene fuerzas para seguir eligiendo algo verdadero, si uno se ordena como un cajón de la cómoda y te pone a ti de un lado, el domingo del otro, el amor de la madre, el juguete nuevo, la gare de Montparnasse, el tren, la visita que hay que hacer. No me da la gana de ir, Rocamadour, y tú sabes que está bien y no estás triste. Horacio tiene razón, no me importa nada de ti a veces, y creo que eso me lo agradecerás un día cuando comprendas, cuando veas que valía la pena que yo fuera como soy. Pero lloro lo mismo, Rocamadour, me equivoco, porque a lo mejor soy mala o estoy enferma o un poco idiota, no mucho, un poco pero eso es terrible, la sola idea me da cólicos, tengo completamente metidos para adentro los dedos de los pies, voy a reventar los zapatos si no me los saco, y te quiero tanto, Rocamadour, bebé Rocamadour, dientecito de ajo, te quiero tanto, nariz de azúcar, arbolito, caballito de juguete ... >>
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Fragmento de una carta a 2 amigas de León
08 abril 2005
<< Yo sigo muy tranquilo con todo lo que estoy viviendo. El hecho de que nuestro bebé sea niña y no niño en nada ha modificado la historia de mis emociones. Estoy feliz con mi mujer, mi chica, mi espovia. Es esa clase de mujer que en Rayuela se recrean como mujeres fatales, impulsivas, inestables, nada más cercano a Berenice, por ejemplo (supongo que recuerdan cuando les hablaba de ella, sino no importa, créanme), sin embargo hay una lectura de Rayuela que a muchos fans se les escapa: lo que ocurre en la historia del libro, sus personajes, su ambientación parisina, es totalmente superficial, eso no importa tanto, lo mismo pudo suceder en un pueblo latinoamericano como Chiclayo que en uno lujoso como Silao (se nota el sarcasmo, supongo), lo que sucede en la novela, como en la vida, se da un poco más acá, por dentro, cerquita de la médula ósea, del corazón, de las vísceras, del estómago, de la mente. Y mi mujer es eso. Es el escándalo para quien quiera llevar una vida culta, intelectual, desmadrosa, burguesa, etc., porque todo lo que es ella se da en otra instancia, tal cual el amor rayuelezco, el cual su personaje principal no quiere admitir y por eso, al ser tan testarudo, ingenuo y soberbio (por demasiado intelectualoso y racional), termina perdiendo a la Maga, esa reencarnación literaria del destino roto por la falsa búsqueda existencial, claro que si Horacio se hubiera quedado con la Maga tal vez no hubiera habido novela (ni Cortázar hubiera podido salvar ese problema), por eso existe esa correlatividad vida-novela sin llegar a ser la verdad plena alguna de las dos únicamente. Así que en Claudia encuentro finalmente a mi Maga, con un final distinto, tal vez porque ya no me interesa hacer vivir en mí aquello que tiene su propio lenguaje y medio, como la Literatura. >>
-AlbEs-
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NIÑA NENA HIJA BEBÉ
04 abril 2005
“Se sabe que es niña porque aparece un como grano de café” nos decía el radiólogo
“Cuando aparece una tortuguita es niño”
Aaaahhh... dijimos con agudeza
Vimos el grano de café luego de hora y media de estar ahí parados (bueno, mami acostada) viendo tu barriguita, tu fémur, tu respiración
Pero lo vimos
Sos niña
Pensé en un capuchino
Pensé en Bob Esponja:
>> Vive en la placenta adentro de mamá
Sa-ra-So-fia!!!
Su cuerpo es pequeño y sin estrenar
Sa-ra-So-fia!!!
El mejor producto que podía desear
Sa-ra-So-fia!!!
Y como un pez se pone a nadar
Sa-ra-So-fia!!!
Todos!!!
Sa-ra-So-fia / Sa-ra-So-fia / Sa-ra-So-fia
Ella es Saaaaa-ra-So-fiaaaaa ah ja ja jaaa… >>
SARA SOFÍA ESPEJEL ZAMORA.
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Agua de Piel
Éste es el mentado poema que menciono líneas abajo:
¿Quién escribe a la dicha?
ya pocos lo acostumbran.
Ya la sencillez del verso
del enamoroso justo y transparente
se pierde,
se desvanece en la sed de estructuras,
choca en lo moderno.
¿Quién me leería
si soy sólo silencio y locura?
¿A quién carajos
(precisamente así)
le importa esto?
Soy sólo silencio y sólo locura,
por gritar en tu nombre que busco tu aliento,
por esa cordura blanca del día a día,
reveladora aunque se dude tanto de ella.
A quién carajos entonces
esta ansia de ser cuerpo,
tu cuerpo
que se comparte por la noche,
o este hechizo animal
que me hace entender al alma
toda vez dentro de ti,
sintiéndote infinita
(Toco tu boca (que es el caos))
adentro de ti
resabiando el perfume
fabricando aroma de agua,
(dentro (de ti))
mutando
entre algideces,
carajos de la noche
que no mueren en la bella mañana.
Pero si te importa a ti,
todo basta, nada falta,
también yo pido silencio,
no para ser escuchado,
sólo como prisma nocturno
que disperse esta gracia de estar vivos
entre la densidad del afable mutismo.
Sucede que voy a vivirme
bajo el beso de mi costa ideal,
azules sus sienes
y estruendosos vienes,
cuerpo de horizonte,
piel suave arena,
Claudia jazzeada,
trompeta y sordina,
sudor carnívoro,
Claudia mía.
Nocturnos carajos
para la única lectora que aquí me importa.
Sólo una cosa te pido:
sal, sal de esta escritura insomne,
como barcaza que atraviese el sueño
y encalle bajo las sábanas.
Publicadas por los Espejel-Zamora a la/s 7:09 p.m. 1 comentarios
Llevo 3 meses viviendo aquí y creo que me he logrado adaptar. Es cierto que no soy buena ubicándome pero ahí voy. Para mí esta es una experiencia de esas que valen la pena, aunque mi madre diga que si me deprimo de vez en cuando y me baja la presión es porque esto no estaba en mis planes. Siempre es bueno recordar que el ser humano se ha logrado adaptar a sus circunstancias, y creo que mi hijo ha sido una gran gran circunstancia. Eso y vivir con mi novio, esposo, marido, o lo que le quieran poner. Yo sigo emocionándome por nuestro proceso.
Siempre pensé que tendría que ahorrar para mi viaje al Tibet en donde los lamas me ayudarían a trascender-a-mi-ser-carnal. Cualquier romance real había sido una posibilidad más que enterrada. La mayor parte de mi adolescencia, y hasta hace poco, me la pasé enamorada de “imposibles”, gente que no tenía mucho que ver con mi vida, pero ahí estaban como motivantes para seguir en la rutina diaria.
Tal vez lo nuestro empezó para mí de igual forma: idealizando, soñando, pero cuando percibí que las posibilidades eran más reales (aunque fueran pocas), de que se concretaba una relación, pues todo cambió. Sí, hubo bastantes caminos qué recorrer, momentos de todo tipo, golpes, caídas y levantadas, y muchas canciones, claro. Me sigue encantando despertar con él, como hace algún tiempo, sólo que lo que siento es bastante diferente, ya no existe la triste incertidumbre que alguna vez sentí, hoy más que certeza es felicidad y una especie de confianza de estar haciendo bien las cosas para los tres.
Debo confesar que jamás había sido tan cursi como hasta hoy, pero dicen que el embarazo influye un poco en eso, la verdad es que en mi caso, me he puesto más susceptible a partir del quinto mes. Ha sido, en general, bastante tranquilo mi embarazo. de los primeros meses recuerdo las náuseas matutinas, el sueño constante, y mis adoradas chamoyadas agridulces. El segundo trimestre fue muy tranquilo, y en el tercero (el actual) pues he tenido episodios de presión baja al borde del desmayo y menos capacidad gástrica, o sea que ya no puedo comer mucho porque mi estómago ya no aguanta. El bebé está bien, se mueve mucho, patea, empuja, le da hipo, y me hace sentir cuando no está cómodo. Ya quiero verlo corriendo por ahí, jugando enajenadamente o diciendo mal su primer palabra, enseñándole que perro es perro y no gua-guá.
Adrián es un nombre definitivo, no sé si acompañado de Santiago, Diego, Darío, y mucho menos si es mujer, me sorprendería bastante que fuera niña, siempre hemos intuido que es niño, además de que por ahí dicen que los niños patean más que las niñas, pero en fin, hemos pensado en nombres como Sara, Renata, Fabiana, María José (así, sin Marijó ni Mari ni ninguna abreviación de esas).
–Clau–
Publicadas por los Espejel-Zamora a la/s 7:05 p.m. 0 comentarios