Mi familia y yo fuimos a un estudio fotográfico para que nos retrataran ahora que Sofía está cerca de cumplir dos meses. Que sirva la imagen también para festejar que todo poco a poco se va acomodando en el lugar correcto, que la estabilidad impera, que las deudas se van como gaviotas moribundas, que las risas no cesan en ese departamento con persianas de colores, y que Claudia y yo estamos tan bien (tal vez un poco más) como siempre.
Retrato profesional
30 junio 2005
Publicadas por los Espejel-Zamora a la/s 9:54 a.m. 1 comentarios
Luego entonces
29 junio 2005
Clau, después de haber publicado el post de abajo, te dejo a ti y a los lectores que gusten responderlo que anden indagando por estas coordenadas, estas preguntitas
Mejor canción de:
-Soda Stereo
-Zoé
-La Gusana Ciega
-Algún soundtrack (no vale el jazzecito de My life wothout me)
-U2
-REM
-Alejandro Sanz
-Shakira
-Joaquín Sabina
-Diana Krall
-Electrónica
Mejor personaje de:
-Los Simpson
-Snoopy
-La Warner
-Disney
Peor Personaje de:
-Los Simpson
-Snoopy
-La Warner
-Disney
En pocas palabras lo que te venga a la mente con éstas películas:
-Super size me
-Casablanca
-Dogville
-Underground
-Le fabuleux destin of Amelie Poulin
-Eternal sunshine of a spotless mind
-The sweet hereafter
-Monsters Inc.
Publicadas por los Espejel-Zamora a la/s 12:52 p.m. 6 comentarios
With The Beatles
28 junio 2005
Siempre he creído que Claudia y yo somos muy diferentes aunque al final del día resulta que no tanto. Claro ejemplo el de la pregunta Cuál es tu canción preferida de los Beatles? Ella respondería Hello, goodbye, yo diría Tomorrow never knows.
Por cosas así se puede conocer mucho a la gente. A Claudia le importa un bledo si Hello, goodbye es una canción trascendente para la historia sesentera, no le importa si es tan sosa como aquellas viejs covers de los inicios de ellos, no le importa saber en cuál álbum viene, si fue sencillo o no, sólo le gusta esa bateria de Ringo al inicio y Paul cantando you said yes / I said no / you said stop / and I said go, go, go junto con los coros del resto y la guitarra de Harrison entrando a intervalos, sólo escucha la canción y puede decir que es su favorita de los Beatles (creo que eso es verdaderamente entrar al universo cerrado de algo). Recuerdo que cuando lo supe no éramos novios aún, vivíamos en Guanajuato y la verdad es que me sorprendí mucho porque esperaba que dijera Help! o Let it be o I am the walrus o algo así, pero no esa canción que siempre me pareció insignificante aunque el video es divertido.
En cambio a mí me gusta Tomorrow never knows por razones tan ajenas al sonido de la canción como que con esa canción los Beatles se declararon abiertamente seguidores de la psicodelia que en esos años Jefferson Airplane, The Jimi Hendrix Experience o The Velvet Underground hacían con maestría. Cuando ellos hicieron esa canción (es la que cierra el álbum Revolver, del '67) fue una patada en el culo para bandas así ya que ninguna había podido combinar tan bien el sonido psicodélico con el pop-rock, y por lo tanto, hacer de sus discos ventas multitudinarias; fue un acto inteligente como para decir "sea la moda que sea que llegue, nosotros siempre lo haremos mejor" que nació de una sesión de grabación cuando Ringo, aburrido, comenzó a tocar la bateria de un modo raro provocándole a Lennon un viajezote y entonces nació la rola. La considero una canción histórica, con un sonido que aún sigue vigente (no hay nada mejor que escucharla con el scratch de los viejos LPs), además de que parece incómoda en cualquier recopilación beatleniana, es totalmente otra cosa y sin embargo tan ellos, es británica y no, vanguardista y absurda, melódica, rara.
Hace unos días la escuchamos en la radio y le dije a Claudia "mira, esa es mi favorita de los Beatles" (Claudia no la conocía) y entonces me dijo que le gustaba mucho, que podría escucharla mucho rato sin provocarle dolor de cabeza (a diferencia de Hendrix, Jefferson, Velvet), que la podía poner a la par que Hello, goodbye sin ningún problema, a ese grado le había gustado. Entonces me quedé pensando que ella, más que ser una mujer que suena a Hello, goodbye (eso significaría que es muy distante (y distinta) a mí), es tan ecléctica como yo, tan minoritaria como yo, tan significativa para mí como la vida (o la música) misma.
-AlbEs-
Publicadas por los Espejel-Zamora a la/s 12:27 p.m. 2 comentarios
23 junio 2005
Centro de centros
Por qué estuvimos ahí no lo sé, pero sé que sabés reconocerlo, sé que sabés jugar el juego de las líneas contínuas y los cafés a media tarde. No sos de Uruguay ni mucho menos, sos del sur, sos del norte, sos mi magician y mi homesweethome.unique-fragance-goldentraum. Estás ahí, de pie, a lo lejos, en el recuerdo de un viaje perdido hace tiempo, y sé que sabés cómo sos mía, sé que sabés cómo espero tu regreso cíclicamente, como ese niño que llega corriendo hasta su playa a disfrutar su paisaje que fue hace tanto... Sé que sabés reconocerlo, sé que esperás una repetición, sé que ahí hay mucho espacio a diferencia de nuestra s-pec-tacularBED. ¿Podés ver cómo no alcanzó a salir el cielo? (we take it & put near the tongues, near the skin named Puppy (I'll not lost u anymore, not anymore))
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22 junio 2005
Santa Fe, al poniente
No queda tan lejos realmente, un poco "más allá" de donde está el que pudo ser nuestro hospital y no lo fue (C. Houston). Sé que alguna vez te lo mostraré desde una panorámica, u otra foto, o tal vez desde el centro comercial que queda cerca de ahí (por ahí está tambien la UIA), no lo sé, sólo sé que es otra promesa, otro punto pendiente para que esta, mi ciudad, sea también tuya desde cada vórtice que vpisé y que hice mío. Falta más Reforma, más Zona Rosa, menos Coyoacán, más Tlalpan y Santa Fe, de nuevo Polanco y Condesa, mucho Amberes, lo sé, ánfora, lo sé.
Publicadas por los Espejel-Zamora a la/s 2:16 p.m. 1 comentarios
Carta atraC
21 junio 2005
–Clau–
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Indirecta
20 junio 2005
Yo sé que no me llamo Samuel y que tal vez no sea tan sarcástico.
Pero sé cosechar manzanas, sé llamarlas "manzanitas" y sacarles más de una sonrisa.
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Ciudades
03 junio 2005
Noche de sábado. De pronto me topo con este texto de Claudia que no hemos subido al blog. Me pongo a recordar con ella la época en que nos conocimos hace más de tres años (3 años, 3 ciudades, dos 3pticos), recuerdo que se hace cada vez más fresco gracias al incesante revoloteo de las palabras, gracias al silencio de nuestra hija en el cuarto contiguo. Recordamos la periferia (palabras así ahora son tanto el centro como la periferia como lo que sea que se nos siga ocurriendo) que fue Esa ciudad, las personas, los lugares, las coincidencias, los ridículos. Entonces la comprensión de ella y de Sofía resulta evidente, la de mí a través de este archivo mental bien administrado por esas 3 ciudades plenas de instantáneas vivas, húmedas, inventadas... Momento oportuno para publicar las palabras de Claudia al respecto, instante (¿alguien dijo instancia?) adecuado para esperar a que se quede dormida para hacer mi propio escrito a lado de Carla Bruni, Procol Harum, Nirvana, el nuevo Nescafé Golden Selection, la Complot de este mes, añorando una tornamesa para los viejos LPs de Daniel Santos y Trent Neville.
-AlbEs-
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3 ciudades –tríptico uno–
Acapulco.
A lo primero que me acostumbré al vivir ahí fue a ver esa ciudad llena de turistas en temporada. Y uno poco a poco se acostumbra a odiarlos, que si porque dejan sucias las playas, que si porque manejan como si estuvieran en autopista, que si quieren regatear hasta dos centavos. Luego de eso viene el ambiente nocturno, la variedad de lugares en los que se puede encontrar de todo un poco, siempre con ésta visión de que Aca es pura diversión tal cual lo pintaban en los festivales Acapulco en donde siempre había imágenes de gente hirviendo y gritando alguna canción. Para mi nunca fue tan divertido, el calor excesivo sí que mata a cualquier optimista, y para las navidades pues sólo abriendo el congelador se siente un poquito de ambiente decembrino. No quiero decir que no haya sido bueno nacer ahí, de hecho creo que tiene sus ventajas: uno desde muy chico se acostumbra a saber del “bajo mundo”, drogas, abuso, porno, sexo... Y de alguna manera se aprende a reconocer a millas de distancia cuando algo así existe. Disfruté mucho las albercas, los jugos tropicales y hasta el pescado con mayonesa, sólo que un día se me atoró una espina y hasta la fecha no como más que filete. Para mi siempre tuvo algo de tormentoso el ambiente acapulqueño, el ser tímida, introvertida o algo antisocial no ayuda mucho en las escuelas, en donde la mayoría de los grupos sociales se componen de extremos, por un lado la bolita de niñas fresas (con dinero o sin él, con físico o sin él) que solo esperan el fin de semana para irse a “Pall” o al Alebrije para ponerse brillantina en el cuerpo y ponerse blusitas asimétricas y faldas de olanes, ligarse al gringo o chilango en turno, vivir la experiencia de sus vidas cada 7 días. Y digo, tampoco es que yo haya sido rata de biblioteca o algo por el estilo, simplemente nunca encontré el sentido de vivir “a plenitud” la adolescencia de esa forma, la verdad es que aprendí a divertirme con los chavos fresones. En el otro extremo está la banda pesada, los lugareños que hablan cortáo, esa banda que vive en colonias alejadas y peligrosas en donde se mata a toda hora. La verdad es que gracias a vivir ahí es que me hice algo solitaria y sarcástica, así que hay mucho que agradecerle.
Guanajuato.
Obviamente un lugar más tranquilo, callado, con más historia y más años que Acapulco. Para mi, el clima es mucho mejor ya que al menos existe época de frío y de calor bien definidas. Aquí no existe el glamour de la ciudad nocturna (por más que lo intenten), más bien, siempre me dio la impresión como de romance de película de Pedro Infante, la plazuela, las mujeres sumisas con su coquetería pueblerina y su forma de vestir y maquillarse tan pretensiosas, los chavos dedicándose a conquistar, luchando por un futuro mejor para sus familias, viviendo en cuevas que ya mas bien son grutas, con lo mínimo para sobrevivir en la semana, con un presupuesto limitado pero siempre listos para cualquier fiestecita con sus respectivas aguas locas para ponerse bien ebrios. Allá todo es más chido, más rastas, más piercings, más falda sobre pantalón, y cigarro y cerveza en la mano mientras se canta alguna canción (mas bien: rola) en inglés. Sí, a estas alturas ya es obvio que tampoco fue el ambiente más propicio para mi, aunque debo decir que sirvió para liberarme un poco de la presión nocturna juvenil de conocer antros y tener un ligue por noche. Yo nunca había tomado café dos días seguidos y aquí lo hice... La verdad es que fue la ciudad ideal para comenzar a vivir sola, una ciudad muy pequeña en la que de plano no podía perderme, y conocer otro tipo de gente, con otro tono al hablar y otras formas de comer, pensar y vestir. A mi la noche siempre me ha gustado demasiado, tanto en Acapulco con los anuncios neón sobre la costera, los letreros de McDonalds, Disco Beach, One Dollar, como las luces del edificio de la Universidad de Guanajuato y el olor a los esquites del centro. Me parece que aquí viví mi etapa de madurez en lo social, superé algunos traumas del pasado y comprendí que hay que integrarse al grupo lo más básicamente posible. Creo que encontré mi equilibrio entre ser Daria Mörguen Durfer y algo un poco más fuerte emocionalmente. En Guanajuato me tocó vivir algunas crisis de todo tipo, amorosas, amistosas, económicas, creo que ya por eso vale la pena recordarla. Algo bueno que me dejó vivir ahí fue probar el frapuchino de sabores, el de caramelo, el de chocolate, en fin, y por supuesto me dejó a mi novio y a mi hija.
D.F.
Son 5 meses los que llevo aquí. Tanto que alguna vez dije que odiaría vivir aquí y sí, aquí estoy comiéndome mis palabras. Pero no fue ni es como lo imaginaba. Lo que odiaba era imaginarme luchando por salir del vagón del metro entre ese mar de gente y, ya afuera, darme cuenta de que me falta la bolsa o cualquier otra cosa. Y luego esa prisa en la cara de todos, la mirada preocupada en las paradas del camión, los choferes amargados, el smog. Pero bueno, he descubierto que el lugar tiene sus encantos, como por ejemplo, ese mundo de posibilidades y opciones. Cuestión de investigar y saber de lugares interesantes, cursos, psicoprofilaxis, cineteca, restaurantes (La Buena Tierra), zonas que tan solo de pisar ya te hacen sentir feliz (la Zona Rosa), el hecho de tener al alcance las oficinas de Contraanálisis y saber que cualquier miércoles o viernes podemos ir a las charlas gratuitas, en fin, sí ha sido toda una experiencia, no he vivido ningún asalto ni nada por el estilo, hace rato en un Oxxo tal vez un intento más que fallido de un tipo que creyó que yo era ciega como para ver que pretendía quitarme un billete de la mano pero hasta ahí. De por sí sufro paranoia y siempre en las calles más solas me gusta voltear muy seguido para ver si mi sombra ya se fue por otro lado o si de casualidad hay alguien siguiéndome. De lo que me sigo quejando es de las distancias: yo entendía por cerca cantidades como de 10 ó 15 minutos pero aquí “cerca” es como de 30 ó 40 minutos, y casi nada queda directo, así que si no hay carro, la mayoría de las veces hay transborde en metro o camión, y si hay carro tal vez haya manifestaciones, desvíos o tráfico inexplicable. La gente es, como en todos lados, variada. El clima, pues calor, frío, templado, de todo un poco. Creo que así se define bien esta ciudad, es como de opción múltiple. Me parece una buena oportunidad para ser novia y mamá aquí.
–Clau–
Publicadas por los Espejel-Zamora a la/s 5:45 p.m. 0 comentarios
3 ciudades –tríptico dos–
Ciudad indescifrable.
Carla Bruni soñaba que Alejandro componía una canción llamada Toutes les pièces y que Diana Krall y Cassandra Wilson discutían por ella en un café de la colonia Roma donde García-Madero escribía en una lap-top más pistas para descifrar el paradero de Desirée Jiménez, la pintora cubana impulsora del Toshi-Art vista por última vez en Taxco o Chilpancingo, entonces un lógico viaje al Sur es lo que habría de hacer a lado de Anuar Jalife y de Roberto Bolaño, quien esperaba atento el amanecer en alguna calle de Polanco (él le llamaba “Coyoacán”) pensando cómo se vería París si fuera una isla perdida en el Golfo de México. Carla Bruni se soñaba a sí misma cantando Chanson Triste en la alcoba de un tipo que veía por la ventana a un gato que a su vez lo veía fijamente a él, de ahí que insistiera tanto en que se llamaba Alain y que Chanson Triste no era una canción adecuada, que esa canción estaba bien para la gente que pensaba en viajar a Suiza, que llamaba a las Lourdes Loulú y a las MariAnas Samar pero no para él y para su nombre, que a lo mucho lo llevaría a una cama, digamos, tibia, a lado de Paulina, Martha, Emilia, Alejandra o Carla, la misma que soñaba a Sabina siendo Santa y a Sofía siendo Sara. Todo disfraz en la pintura. Todo PERSONAE como la construcción lúdica (somebody said: ONÍRICA) de la propia tierra, ajena a fuerza de nombrarla, a fuerza de “ingreso, “salto” o “contacto” , Sus dientes eran el piano, El actor se prepara, para dar La vuelta al mundo en ochenta mundos, donde en cada uno la Carla Bruni universal hará un sueño distinto con una guitarra que ya habrá rasgado Ulises o Román, los muchachos que hacen covers de Mikel Erentxun, quien a su vez hace covers de Morrissey, quien a su vez escucha un dueto entre Krall y Wilson desde un palco del Palao de la música de Lisboa, refugio para Deeni y Tom Jobim, paraíso de Salvador Durand y Rita Guerrero, ciudad donde convergen Coatzacoalcos y Cristina, Carlos Fuentes y Londres, Julio Ortega y Bruselas, Paz Naranjo y yo, Xochimilco y Sergio Pitol, Huxley y una probeta, Carla Bruni y Raphaël, Raphaël y Tout le monde. Punto. Alejandro Coma en algún Punto. Rem Koolhaasssss fumando con Juan López Anda, Charlotte y Joseph pariendo una hija de nombre Andrea, Juan Carlos muriendo en un asalto sobre Periférico, Desirée en la pintura que ha estado soñando ella, uno de sus ochenta tracks del álbum perfecto. Rilke naufraga en Ítaca, Paloma H estrella su nave en Gibraltar, Magali bebe del Mar Negro, Palizada ebrio de victorias por los triunfos cuevanenses, la Maga duerme en sus piernas, Paty escucha a Zoé, la Maga juega en las calles de Havre, el piano de Satchmo toca en la trompeta de Thelonius, Mauricio Molina nos escribe a todos desde la banca de un Domino’s Pizza.
Chinampa en un lago escondido.
De niños yo viajé mucho a Acapulco y Claudia viajó mucho al DF, pero ninguno de los dos conocimos Guanajuato.
Emergencia.
Como una correspondencia entre lectura y destino, la ciudad se nos presenta total y serena, cotidiana, como una extensión de nosotros, infinita en su fugacidad, irrepetible en su rostro de todos los días. O al menos así la recuerdo desde siempre.
Así como al perro que llevan de paseo a Chapultepec, ir en el carro con la ventana abierta viendo pasar los fragmentos de ciudad siempre me ha gustado, por eso es infinita e irrepetible, porque siempre hay algo qué atender desde un semáforo en rojo o a lo largo del Viaducto, por más fugaz o cotidiano que parezca a simple vista.
Eso es y ha sido la ciudad: la propiciadora de toda clase de espacios, sensibles y no; el más claro reducto de mi individualidad; la conciencia de aquello otro que por más ajeno que sea termina siempre con ese aire de familia: la ciudad hace que lo extraño sea propio.
No así la carretera, ese vacío donde “salen” textos tipo David Summers o Alfonsina Storni.
Y Guanajuato. Y el D.F. Las cascadas que eran los callejones después del chubasco, el juego de líneas del distribuidor vial, el fraccionamiento detrás del Castillo de Santa Cecilia, ahí donde una calle podía terminar (siempre había querido ver dónde terminaban las calles) en el punto donde el cerro empezaba, los amplios parques a mitad de la Del Valle, Polanco o la Nápoles, el encanto de una zona habitacional junto a un río como lo era esa apartada Pastita (y al final de ésta, siempre su estoico museo) tan parecida a esas colonias que unen a San Ángel con la Gandhi de Universidad paralelas a la avenida Insurgentes, los buenos y malos cafés, el amontonamiento o la escalofriante amplitud, Presa de la Olla y la Hipódromo, Valenciana y Las Águilas, el cerro de San Miguel y la torre de Mexicana, Campos Elíseos con Marfil y su Gene Byron, Persiur y el Mercado Hidalgo, Santa Fe y Pozuelos, Tlatelolco y la Alhóndiga, Dos Ríos y la colonia El Sifón, la casa frente a la Alberca Olímpica y el callejón de Sebastopol, las barrancas de Lomas de Chapultepec y el camino a Mineral de Cata, los pueblos de Coyoacán o Tlalpan y el panteón de Tepetapa, C.U. y el Aguilar y Maya... Y todo ello siempre como mero ejercicio de postales.
Ciertamente la evocación, la sensación de ello era el axioma, la ciudad verdadera, aquella que escapaba a la vista pero era por ella que se daba; la vista y el recuerdo, la transpiración, el diafragma adecuado, la soledad, el cliché. La emergencia, siempre.
(Pero Acapulco… Acapulco siempre como esa otra ciudad, así como Xalapa, como Puebla, como Tijuana. Ciudad clásica de mi infancia, no había año al que no fuéramos al Acapulco Plaza, al Cano, al Princess, los últimos años al Ritz, y siempre bajo un hondo hechizo, no por la playa y la distracción en sí, sino por ese desentrañamiento del juego, esa saturación de niñez, de formas de mirar que con el tiempo se van perdiendo: como en ningún otro lado las calles de Acapulco hacían ver una promesa, un pacto entre yo y la eternidad. Vinieron después las crisis, los cambios, la edad, no volví a ir sino doce años después para visitar a Claudia cuando aún iba ella en las vacaciones de Año Nuevo para estar con su familia: bastó una semana para el reencuentro, la reanudación del pacto, de nuevo esa forma de mirar que no está tan lejana como el mar ni como la Alina Reyes del cuento de Cortázar, en donde no interesa si había que desplazarse de Buenos Aires a Budapest, de Aztlán a Acapulco, a Xalapa previamente, a Puebla en anécdotas ajenas, a Tijuana en las palabras de la comunidad que siempre mira al Norte. Es éste el punto para el punto final, en espera de que el irapuatense Alejandro Palizada quite el disco de Carla Bruni que seguramente lleva toda la noche en el estéreo de su recámara tan cercana a la Plaza de la Mexiamora.)
-AlbEs-
Publicadas por los Espejel-Zamora a la/s 5:42 p.m. 1 comentarios
P.D.
Publicadas por los Espejel-Zamora a la/s 5:32 p.m. 1 comentarios